viernes, 23 de abril de 2010

mazmorras

La dejó planchada y ahora no puede dormir.
Solía cultivar (y le consuela continuar haciéndolo) un espíritu crítico de base, que se planteaba más como una forma de vida que como un devenir o un rasgo de su personalidad. Se podría decir que disfruta con ello.
Eso sí, tiene puntos débiles, elementos intocables, arranques de proteccionismo ciego sustentados en los resquicios de un histrionismo galopante que le ayuda a sobrellevar (sobretodo) su vida laboral. Todavía no comprende cómo se vio haciendo apología (poco fundamentada) de los sentidos, denotando un racismo poco explícito que no supo solventar y asintiendo con el ceño fruncido cómo si tuviese razón en algo de aquello que exponía. Si cortar flores le parece una acción detestable!
La verdad es que si la princesa estaba o no conforme con el dragón le preocupa poco. ¿Acaso la princesa se preocupó en algún momento de merecer la trascendencia que se le ha dado?

«Los libros tienen los mismos enemigos que el hombre. El fuego, la humedad, los animales, el tiempo y su propio contenido»
Paul Valéry

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