lunes, 28 de junio de 2010

balance

Se está despidiendo de los espacios.
Camina por entre las marcas que conducen a la salida de emergencia, pero lo hace lentamente y en dirección contraria hasta dar contra la pared. Mira de un lado al otro recordando escenas, personas, pensamientos, frases, silencios (especialmente silencios), risas, carreras y algún que otro llanto que aunque no fuese propio, lo vivió con la misma intensidad e idéntico sentimiento de injusticia.
Se sienta a escuchar a las palomas siendo consciente de todas las ocasiones en las que las ha oído madrugar en los últimos tres años. El sonido de las palomas, de hecho, huele a café (o a té con limón en su defecto).
Repasa con su mano unas paredes que tienen orografía propia, y biología también. Entorna los ojos al pasar frente a las cristaleras ofendida por un rayo prematuro que explora por delante de los demás. Sale por la puerta cargada de objetos pero con una extraña sensación de levitar absolutamente desconocida.
No deja de sorprenderle el afecto que se puede llegar a establecer con un lugar tan poco grato. Hace tiempo que no cree en la posibilidad de que la tierra cambie su eje de rotación dos días a la semana y tiene claro que ese ya no es su lugar, pero aún así (y quizás la víspera de esos dos días sea crucial en ello) sabe de la deuda contraída con quien la vio nacer.
Ha de volver pero la despedida ya se ha llevado a cabo.

jueves, 24 de junio de 2010

. de partida

En los últimos tiempos los pinchos han crecido en exceso (todo lo subjetivo de resultar grande ha crecido excesivamente).
Lo que antes eran pequeñas púas se han tornado grandes estacas tubulares de una resistencia asombrosa, dónde hace un par de años sólo había seis chitos ahora crecen más de doce, el sol que tanto le gustaba ahora seca el agua que guarda en su interior hasta hacerla tornarse de un amarillo muy verdoso.
Ni la maceta es más pequeña, ni tiene menos tierra, ni el sol pega más fuerte ni más directo, y aunque la situación no es explicable del todo, el hecho es que ya no acumula agua, crece oprimida contra las paredes de terracota y las púas son cada vez más amenazadoras, especialmente para ella...
no tiene problemas, sólo necesita que la trasplanten.

sábado, 19 de junio de 2010

miércoles, 16 de junio de 2010

calificar

Acción de determinar las cualidades de alguien, a veces, cómo en esta ocasión, de uno mismo.
Se pregunta si de verdad esto es una razón para velar el sueño. Tiene claro que la respuesta es negativa ya que calificar y recalificar han devenido acciones banales más aun cuando dichas cualidades han de traducirse en cifras de representación ridícula o lo que es peor, en palabras de significado ambiguo que tienen pretensión de hablar desde la complacencia (traducibles todas ellas en forma numérica). 
La «nota», la calificación siempre fue un medio, no un fin, incluirla en un ejercicio final acostumbra a denotar mal gusto. Llevarla más allá del trámite administrativo es prácticamente un falta de respeto al trabajo realizado (aunque cabe determinar también si dicho respeto existió alguna vez).

jueves, 10 de junio de 2010

al cuello

Hace tiempo que no me dice nada salvo que esta muy ocupada en otros menesteres.
Precisamente porque sabe que el ejercicio a realizar es meramente de elección no sabe ponerle fin y deja pasar el día haciendo piruetas mentales que no conducen a ningún sitio. El resultado siempre parece quedar incompleto...
Es la muerte por simplicidad.