Con el tiempo aprendió que los trabajos, cómo las frecuencias de audición, se pierden para no recuperarse; que los escritores se emborrachan y no todos escriben sobre ello; que hay subterfugios de tránsito únicamente femenino; que el tempo, la propiedad y la urgencia siempre son relativos; que las cosas que se rompen pueden pegarse, pero nunca vuelven a ser de una pieza; que la escucha no acostumbra a ser reciproca; que en tiempo de crisis, la afinación escasea, si cabe, más que el trabajo; que los caramelos de cayena resultan raros al principio, pero son conceptualmente íntegros; que el equilibrio y la tensión son conceptos antagónicos; que la gente con tres pies era más estable cuando tenía sólo dos; que los pecados son virtudes con mala prensa y algunas cosas más sin demasiada importancia.
34 no se cumplen todos los días, pero los 90 no se superan en todas las vidas. (no es grafito, nunca podría)
34 no se cumplen todos los días, pero los 90 no se superan en todas las vidas. (no es grafito, nunca podría)