jueves, 14 de octubre de 2010

desayuno y cena

El bizcocho de soletilla no es una galleta común.
Pretende ser dulce, y de hecho uno de sus lados está íntegramente cubierto por una espesa masa glasé, pero eso no impide que en realidad resulte más bien insípido y aunque es de espuma (aire enclaustrado que se expande y expande) no deja de sorprender que su consistencia sea tan dura. Su capacidad de absorción es uno de sus emblemas pero su resistencia en tal situación es asombrosa y, por mucho que se empapen, nunca dejan de estar secos. Con estas características sólo podrían ser alargados y estrechos ¿cómo sino lograría estar escribiendo sobre el ejercicio de la discusión?