sábado, 30 de octubre de 2010

hablar

Hasta el momento se creía empático y sus acciones -más que intensas- parecían corroborarlo; pero ya hacía un tiempo que todos pensaban que esa «capacidad» tenía más trazas de trastorno de personalidad múltiple que de cualquier otra cosa.
En niveles avanzados y a ojos de un amateur, estas dos deformaciones pueden llegar a confundirse, pero la diferencia es simple y clara: el nunca vio más allá de la superficie de su interlocutor haciendo, de cualquier pensamiento en torno al diálogo, mero ejercicio de autoanálisis.